Copa Davis. Rafa Nadal paga los 113 días alejado del tenis y España juega sin red. La derrota del balear ante Botic van de Zandschulp obliga a Alcaraz a ganar su individual y el dobles con Granollers. La derrota de Rafael Nadal ante Botic van de Zandschulp, el 80 del mundo (6-4 y 6-4), obliga a Carlos Alcaraz a ganar sí o sí su partido con Tallon Griekspoor para evitar que España quede eliminada en los cuartos de la Copa Davis. En caso de empate a uno, el murciano debería juntarse en el dobles con Marcel Granollers.

Rafa, algo previsible, pagó los meses fuera de la competición y evidenció que una cosa son los entrenamientos y otra bien distinta los partidos. Si la selección nacional quiere levantar la Ensaladera de plata tendrá que empezar a buscar alternativas como la de Roberto Bautista, que viene de coronarse en el torneo ATP de Amberes.

El partido empezó con el momento emotivo de ver a Rafa emocionado al escuchar el himno. El partido fue lo que se esperaba. Una combinación de igualdad al principio y falta de ritmo de competición del balear después. El resultado de todo ello fue un 'break' de Van de Zandschulp en el noveno juego. Después confirmaría la rotura para adelantarse en el marcador.

La derecha de Rafa pagaba la inactividad. Habían pasado 113 días de su último partido individual en la segunda ronda de los Juegos de París. Y eran muchos. Desde el banquillo lo miraba Roberto Bautista, el que había optado a ser hasta última hora el número dos de la selección nacional. El segundo set se inició con un peligroso 0-30 para el campeón de 22 grandes. La ruidosa y entregada grada del Martín Carpena se había silenciado. Sólo se escuchaban los gritos neerlandeses.

Rafa perdió ese primer juego, con una derecha que se marchó por el pasillo de dobles. Era el momento de las remontadas con las que Nadal ha deleitado a los seguidores al tenis durante tantas tardes. Para encontrar la última vez que había dado la vuelta a un tanteo adverso había que remontarse al 20 de julio en las semifinales de Bastad.

El manacorí lo intentaba pero llegaba un segundo tarde al golpeo. El único agujero que mostraba Botic era su segundo saque. Estaba amenazado permanentemente por la doble falta. Nadal no restaba y así era imposible darle la vuelta a un marcador tan adverso. A Van de Zandschulp, un tenista que ni sufre ni padece aunque le señalicen dos faltas de pie, se le dan especialmente bien los tenistas españoles. Cabe recordar que él fue el verdugo de Carlos Alcaraz en la segunda ronda del US Open.

Los turnos al servicio de Nadal eran un calvario: largos, intensos y sufridos. Estrenó su casillro en la segunda manga con una desventaja de 2-0. Rafa salvó con saque directo un momento crítico con 3-1 y punto de 'break' en contra para 4-1. No pudo a la segunda tentativa de su adversario. No se iba a rendir tan fácilmente en su último baile. Se fabricó tres opciones de rotura. A la tercera logró el 4-2 con un error no forzado del neerlandés con el revés.

Dos dobles faltas seguidas, inmediatamente después (del 30-0 al 30-30), pusieron en jaque el séptimo juego. Lo sacó adelante con el corazón y las ganas de ganar que le han diferenciado de los demás. "Sí se puede, sí se puede", se escuchaba. A sus 38 años, y en la semana de su despedida, a Nadal ya no le da para más épica. Información de Joan Solsona del diario deportivo MARCA y editado por la Agencia Manacor Noticias.